viernes, 10 de mayo de 2013

Todas las Merlen que fui

   Muchas veces he tenido la sensación de que por la multitud de intereses que he tenido a lo largo de mi vida, no termino se ser o hacer y la mayoría ha quedado en nada... quise ser bailarina profesional y un accidente en moto me cambió la vida. Quise ser alfarera y materializar sueños en tierra y barro, el tiempo y la falta de presupuesto no dieron la oportunidad. Fui un tiempo diseñaror gráfico, pero no me satisfijo este oficio, me gusta mucho más entender el arte. Tengo una guitarra que nunca aprendí a tocar, y una pinta de hippie que muchas veces no combina con la oficina... Por mí, hasta astronauta sería...

  Alguna vez pensé, "quisiera ser mil Merlen, dividirme en mil partes iguales y hacer y hacer hasta que no quede nada de mi". Bueno, cualquiera puede darse cuenta de lo absurdo que este pensamiento. A veces por dinero o tiempo, o por otras prioridades y responsabilidades, dejamos muchas cosas atrás, sueños de infancia, sueños de adolescentes, sueños de la adultez... sí, ciertamente vamos cambiando con el tiempo, pensamos diferente en las cada etapa de nuestras vidas, mientras algunos proyectos logran madurar otros se quedan varados en la tierra de los anhelos.

   Pero si logramos darle la vuelta al asunto, quizás no todo esté perdido. En mi caso particular, al ser historiador (la mayor fortuna de todas), puedo volcar todos estos intereses en el desempeño de mi oficio. Quizás no soy bailarina o diseñadora, pero recientemente encontré un banco de fotografía dedicadas a la danza venezolana, que vale la pena estudiar. No soy artista, pero me paseo por los diferentes movimientos artísticos latinoamericanos, como el Realismo Social del cual surgió temas de para tesis de grado. No soy músico, pero me acerco a la historia de mi familia a través de las canciones... 

   En fin, siempre hay una forma de hacer todo, a veces, no exactamente como lo imaginamos, pero si tratamos de conjugar nuestras actividades encaminándolas hacia un mismo destino, tendremos otra satisfacción, la de ser dichoso con lo que somos y hacemos, la de sentir que somos millonarios de espíritu, en experiencia, en imaginación, y que no había ninguna necesidad de partirse en mil pedazos para lograrlo... y con respecto a mi aspecto de come flor... Gracias a Dios, es algo permante!!.      

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